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lunes, 12 de diciembre de 2011

Embarazo


El cuidado quiropráctico puede ayudar a la columna y la pelvis a hacer frente a los efectos del embarazo y restaurar un estado de equilibrio.
Durante el embarazo, el centro de gravedad de la mujer se desplaza hacia delante de su pelvis. Este peso adicional, provoca estrés en las articulaciones de la pelvis y las lumbares. Según va creciendo el bebé, el peso añadido provoca el aumento de la curvatura de su zona lumbar, imponiendo una carga extra en las frágiles articulaciones de la parte posterior de la columna vertebral. Cualquier problema pre-existente en la columna de la mujer tiende a exagerarse según la pelvis y la columna se van sobrecargando, a menudo provocando dolor y dificultad para realizar las actividades diarias normales.

Los estudios han encontrado que alrededor de la mitad de las embarazadas desarrollan dolor lumbar en el mismo punto durante sus embarazos. Especialmente durante el tercer trimestre cuando el bebé gana más peso. El cuidado quiropráctico durante el embarazo puede aliviar la incomodidad frecuentemente experimentada en el embarazo, y crear un entorno para un parto más fácil y seguro. Es un modo eficaz y seguro de ayudar a la pelvis y la columna con el rápido aumento de estrés físico, restaurando un estado de equilibrio. De hecho, la mayoría de las mujeres han encontrado que el cuidado quiropráctico las ayudó a evitar el uso de analgésicos durante su embarazo, y los estudios han demostrado que los ajustes quiroprácticos ayudan a reducir el tiempo de parto. ¡No dude en ver a su quiropráctico durante su embarazo! Le puede proporcionar ajustes así como ofrecer consejo nutricional, ejercicios y consejos ergonómicos para ayudarle a afrontar las necesidades especiales.

Consejos quiroprácticos para mujeres embarazadas:
  • Asegúrese de ajustarse regularmente. El cuidado quiropráctico es importante para ayudar a mantener las estructura y la función del sistema neuro-musculo-esquelético durante el embarazo y el parto.
  • Hacer algún ejercicio suave cada día. Caminar, nadar o bici estática son ejercicios cardiovascular relativamente sano para mujeres embarazadas. Evitar cualquier actividad que implique movimientos bruscos y/o impactos. Deje inmediatamente el ejercicio si nota cualquier síntoma inusual, como nauseas, mareos o debilidad.
  • Llevar zapatos planos con apoyo en el puente. Sus pies se vuelven más susceptibles a lesionarse durante el embarazo, parcialmente debido al rápido aumento del peso, pero también porque los ligamentos - incluso los que soportan los pies - se vuelven más lasos.
  • Cuando levante a sus hijos, doble desde las rodillas no desde la cintura. Sus lumbares son más propensas a lesionarse durante el embarazo.
  • Al dormir, túmbese de lado con una almohada entre las rodillas para quitar presión en las lumbares. Las almohadas de cuerpo entero o las cuñas son muy populares y pueden ser muy útiles.
  • Comer varias comidas pequeñas o tentempies (frutas, verduras, frutos secos, humus...) cada pocas horas, en vez de tres grandes comidas al día. Esto ayudará a aliviar las náuseas, estabilizar el azúcar en sangre y permite a su cuerpo extraer la máxima cantidad de nutrientes de los alimentos que coma.
  • Tome una vitamina prenatal con al menos 400 microgramos de ácido fólico a diario; 800 microgramos sería incluso mejor. Se ha demostrado que el ácido fólico reduce el riesgo de defectos neuronales en el desarrollo del feto. Asegúrese de preguntar a su doctor antes de tomar cualquier vitamina o suplemento para asegurarse de que es seguro para usted y su bebé.

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