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viernes, 4 de octubre de 2013

Dueños de la verdad


A veces, ocurre que nos estresamos mucho discutiendo con otras personas acerca de quién tiene la razón. Es importante recordar que hay muchos puntos de vista diferentes. Las diferencias culturales, generacionales, socio-políticas, como también las diferentes creencias y tradiciones de las personas, nos llevan a tener una visión distinta de la vida, en general.
Si bien hay una realidad objetiva y, por lo tanto, verdades objetivas, por ejemplo: la tierra gira alrededor del sol, o robar o matar son delitos, mentir no está bien, etc, también hay otras “verdades” que se basan en realidades subjetivas, y que -algunas veces- suelen generan conflictos que nos cargan de estrés y nos desequilibran emocionalmente, sólo por una simple diferencia de criterios.
Por esta razón, y a fin de preservar nuestro equilibrio emocional, es fundamental prestar atención a nuestra respuesta emotiva cuando alguien no coincide con nuestro punto de vista o con “nuestras verdades”. ¿Qué sentido tiene enfadarse con alguien, sólo porque esa persona piensa diferente? Ninguno.
Cuando aceptamos que los demás tienen la misma libertad que nosotros de elegir sus propias creencias y determinar sus propios puntos de vista, criterios, o verdades, es cuando comenzamos a comprender que no hace falta enfadarse porque alguien piense diferente. Además, cabe destacar que no todo el mundo tiene el mismo grado de evolución emocional o maduración. No podemos pretender que un niño o un adolescente comprendan la vida de la misma manera que lo hace un adulto. Y lo mismo ocurre con personas que tienen un grado de desarrollo intelectual menor. Un adulto con un problema de retraso mental, por ejemplo, o que no ha recibido suficiente educación sobre ciertos temas, tendrá un pensamiento más “pobre” o de menor calidad que aquellos que han desarrollado un pensamiento más crítico o han recibido una mejor educación.
Por último, el respeto por la opinión y las creencias de los demás es fundamental para desarrollar un relación armoniosa y equilibrada con el entorno. No todas las personas han tenido las mismas experiencias de vida y no todas las personas pueden opinar sobre determinados temas con conocimiento de causa. Algunos opinan de oído, o basándose en relatos de situaciones similares de terceros, pero esto no significa que su “verdad” o visión de un hecho sea menos válido que el punto de vista de aquella persona que ha vivido una situación determinada.
El poder de las creencias pesa mucho a la hora de emitir una opinión y es importante respetar la opinión y las creencias de los demás, tal como nos gustaría que respetaran la nuestra.

http://equilibrioemocional.com.ar/duenos-de-la-verdad/

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