Todos hemos visto como cuando alguien está ebrio algo sucede en el cerebro. Tropiezan, hablan mal, pierden el control de sus emociones y olvidan cosas.
Algunas personas han tratado de explicar este comportamiento como consecuencia de la muerte de neuronas, sin embargo la investigadora Roberta Pentney asegura que no esto sucede. Afortunadamente, cuando tomamos bebidas alcohólicas el cuerpo no permite que todo el etanol dañe nuestro cuerpo. El hígado es el encargado de procesarlo y convertirlo en una sustancia menos tóxica. Sin embargo, el hígado no funciona tan rápido como para procesar cinco botellas de cerveza en media hora, cuando esto sucede, el exceso de alcohol circula por la sangre hasta llegar al cerebro.
De acuerdo con Mental Floss, cuando entra en contacto con nuestras neuronas no las mata, pero sí daña la función cerebral que les permite a las células comunicarse entre sí, lo que ocasiona que algunas veces no recordemos lo que pasó la noche anterior.
Uno de los grandes embrollos científicos es por qué unas personas soportan las resacas mejor que otras, aun cuando sus niveles de alcohol sean similares o incluso más altos. Se sabe que la resaca no se debe a la deshidratación que, aunque ocurre, no es causal, ni a alteraciones en hormonas, electrolitos, cortisol, glucosa, cuerpo cetónicos, triglicéridos ni lactato.
Investigaciones relativamente recientes, revisadas en 2010, sugieren que la severidad del malestar sí está relacionada con factores inmunológicos, que puede variar de una persona a otra, así lo publica la agencia SINC.
La teoría inmunológica como origen de la resaca se basa en que el alcohol activaría las señales de alarma del cuerpo liberando citoquinas, que serían las moléculas responsables del dolor de cabeza y el malestar tan parecido al de cuando estamos enfermos.
Estudios con animales y humanos demuestran que tras una infusión de citoquinas los individuos experimentan dolor de cabeza, náuseas, vómitos, aplatanamiento y otros síntomas típicos de este malestar.
¿Cuánto permanece el alcohol en el cuerpo?
El encargado de descomponer y eliminar el alcohol en nuestro organismo es el hígado. Este órgano tarda una hora en procesar ocho gramos de alcohol (medio vaso de vino o media botella de cerveza clara). Por eso, el alcohol en exceso no sólo nos deja con una resaca al día siguiente, sino que a largo plazo causa daños irreparables en el hígado y otros órganos.
El deterioro mental perceptible en los alcohólicos tiene poco que ver con esa asentada leyenda urbana. Para aniquilar cualquier tipo de célula, se necesitan altísimas concentraciones de alcohol –próximas al 100%–, y empezamos a emborracharnos a partir de un nivel en sangre del 0,1%.
El alcohol afecta más bien a las conexiones neuronales del cerebelo, zona de la que dependen el aprendizaje y la coordinación motora. Pero, como se puede comprobar en las autopsias, los encéfalos de los abstemios y los adictos a la botella tienen el mismo número de neuronas. Es su calidad, no la cantidad, lo que sufre con las borracheras.
http://www.provincia.com.mx/es-verdad-que-el-alcohol-destruye-las-neuronas/
Foto: http://institutoneurocirugia.es/wp-content/uploads//alcohol-cerebro-cb057aa2af353ff35095732f3ee3c3aa.jpg
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