En la víspera de un examen es común escuchar que es mejor
irse a dormir que pasar la noche en vela estudiando, ya que el sueño sirve para
consolidar lo aprendido. El refuerzo de la memoria durante la noche ya había
sido probado científicamente, pero ha sido una nueva investigación de la
Universidad de Brown (EE UU) la que ha revelado que esta actividad cerebral se
produce durante la fase del sueño de onda lenta y no durante la fase REM.
La investigación partió del análisis exhaustivo de la
actividad cerebral nocturna de nueve participantes para establecer una medición
de referencia. Durante la segunda etapa del experimento, los nueve tuvieron que
aprender una secuencia concreta de golpes de dedos. A cuatro de ellos se les
permitió dormir, mientras que a los otros seis se les mantuvo despiertos como
grupo de control. Ambos sectores tuvieron que reproducir la secuencia horas
después, resultando los participantes en vela menos habilidosos y precisos a la
hora de ejecutarla.
El análisis electromagnético concluyó que los cambios
cerebrales se originaban en el área motora suplementaria de la corteza cerebral
y que se producían durante la fase de onda lenta, una fase de sueño profundo
que precede a la fase REM en la que las ondas cerebrales son amplias y el ritmo
respiratorio muy lento.
“El sueño no es sólo una pérdida de tiempo. Es una actividad
intensiva para el cerebro que ayuda a consolidar el aprendizaje, porque hay más
energía disponible o porque las distracciones son menores”, explicaba Yuka
Sasaki, coautor del estudio, a la agencia de noticias SINC.
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